¿QUIÉN INVENTÓ EL CHARANGO?
Carlos Alberto Fernández Acevedo (*) Muchos se deben haber preguntado sobre las circunstancias que dieron lugar a la invención de este particular instrumento musical, y pienso que la mayoría no dudaríamos en ubicar su origen en alguna región del altiplano peruano-boliviano, en la época colonial. Sin embargo, esto no fue así. La historia surgió con motivo de un viaje que realicé a México, a raíz del cual leí el hermoso libro "Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España" de Bernal Díaz del Castillo, soldado de Hernán Cortés, que relató con maestría esa epopeya, y más precisamente el libro "Historias de la Conquista del Mayab" de Fray Joseph de San Buenaventura, que narra detalles de la conquista de la península de Yucatán. En el capítulo XXIX del primer libro, pero con mayor amplitud en el segundo, se relata la desgraciada aventura de un grupo de dieciocho españoles, entre ellos dos mujeres, que, escapados de la expedición de Vasco Nuñez de Balboa, se hacen a la vela desde el Darién y luego de un azaroso viaje, durante el cual naufraga el navío en medio de una tempestad, llegan en un bote a la isla de Cozumel, tan exhaustos que quedan tendidos en la playa. Allí son hechos prisioneros por los aborígenes del lugar, quienes de inmediato comienzan a sacrificarlos a sus dioses y a devorárselos, como era su costumbre. De ese grupo de infortunados sólo dos logran escapar, uno, Jerónimo de Aguilar será con el tiempo, y junto con la india doña Marina, el lenguaraz que utilizará Cortés para la Conquista de México. El otro don Gonzalo de Guerrero es protagonista de nuestra historia. Este don Gonzalo, luego de escapar de los indios que lo tenían prisionero vaga sin rumbo y llega hasta Chetumal, donde es descubierto por los indios y hecho prisionero pero esta vez con mejor suerte. Aquí tiene oportunidad de demostrar sus aptitudes de artesano construyendo bancos, sillas, mesas, además de enseñar rudimentaria carpintería a los indios. Esto le granjea la estima del cacique local Ach Nachan Kanxiuu, quien le entrega en matrimonio su hija, la princesa Yxpilotzama. Precisamente para agradar a su familia política construye un instrumento musical para el hermano mayor de la princesa Yxpilotzama el "ahau galel", pero dejémoslo a él que lo cuente: "..... Y pasó el tiempo en que me estoy yo con el ahau galel, así que él aprendió muy bien el trabajo de carpintero, así como yo dime maña para enseñarle lo que sabía, que yo aprendílo en mi mocedad allá en Badajoz de la provincia de Extremadura, aunque mi señor padre don Juan Guerrero y mi señora, madre doña Rosario de Bahamonde en nada quisieron que yo aprenda oficio de artesano por tener ellos descendencia de hidalgos y ser bien nacidos, yo teníale mucha afición a la esta arte de carpintero y lo aprendí en la casa de maese Andrés de Piedrasanta, que era un excelente tallador de la madera y decorábala de mucho esplendor y más belleza, y era escultor muy bueno para hacer imágenes y más en hacer instrumentos músicos, y yo lo aprendí muy bien. Y así hice para el joven galel un gambarrino, que es una vihuela corta, que así la hicimos con la caparazón de ese animalejo que hay aquí y que dícenle por nombre wech, que es un animal torpe que en nada es astuto o listo y que la su defensa es soterrarse en las cuevecillas o cubiles que para él mismo abre en la tierra y métese ahí para guarecerse de los enemigos que tenga, que no es agresivo en nada pero que tiene un carapacho muy fuerte y se esconde la cabeza y las cuatro patas adentro de la caparazón. Y tomaron a uno de estos de su cueva en el campo y trajéronlo y le quitaron el carapacho y lo prepararon muy limpio, y yo hice el gambarrino, que es en todo lo que complace más a este joven niño, el ahau galel, y le puse su brazo corto de madera fuerte y tapa con boquillón y cuerdas de las tripas de ese animal que dicen och, que es arisco muy astuto y fiero, pero que es chico. Y así suena muy bien el gambarrino y aprendió el mozuelo algunas tonadillas que yo le enseñé; y como mocillo lo tañe bien tócaselo a el señor su padre, que le gusta oírlo y a la madre y a las mozas sus hermanas, y a todos les maravilla mucho el este rústico instrumento. De tal manera que me creo yo que ahora que tengo que trabajar y servirle 7 años al señor halach uinic por el rescate de la hija, quizás me encomiende la tarea de hacerle a él otro y más instrumentos músicos. Que aquesta es la costumbre de estas gentes, que sírveles 7 años el que case con las hijas y ahora tócame a mí servirle al señor mi suegro 7 años aquí en la casa grande. Y téngome por muy conforme en estarme vivo aquí en la esta grande casa....." Con esto creo haber echado luz sobre la historia del charango que, si damos a esto por válido, vió luz por primera vez alrededor de 1512 en esta región de México. Con respecto a don Gonzalo, sólo sabemos que tuvo varios hijos y que lucharon contra los españoles. Son los primeros criollos de esta tierra firme americana y los primeros en luchar con los españoles. Luego, el recuerdo de este don Gonzalo y su familia se pierde en la oscuridad del tiempo, pero sospechamos que fue uno más de los infinitos dramas que produjo la conquista americana.- (*) El Ingeniero Fernández Acevedo nació en Molinos (Salta) y es actualmente jefe de seguridad en la Central Nuclear Embalse (Córdoba
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