El charango es un instrumento musical
de cuerdas, de plena vigencia en las regiones andinas
(Cordillera de los Andes) de América del Sur,
especialmente en las zonas de influencia cultural de los pueblos
aimaraes y
quechuas. Su difusión
ha alcanzado practicamente todas las latitudes del mundo. Sin embargo los
países en que hoy goza de una mayor popularidad son: Bolivia, Perú, Chile,
Argentina y Ecuador.
El instrumento está
constituido por tres partes:
cabeza, mango y caja de
resonancia.
Visto
desde su cara frontal el charango tiene la forma de una
pequeña guitarra.
En la cabeza, e insertado
en la paleta se encuentra el clavijero con 10 clavijas
de madera o
mecánicas que permiten tensar sus cuerdas.
Sobre la superficie plana
del mango se ubica
el diapasón.
Esta es una tablilla delgada que se extiende
entre el clavijero y la caja armónica del instrumento. En el
diapasón se ubican aproximadamente 17
finas barras de metal llamadas trastes.
que permiten organizar los intervalos de las escalas
musicales.
Sobre la caja de resonancia se encuentra la tapa armónica,
pieza plana y acinturada en forma de 8, con
una boca o abertura circular.
Las cuerdas se encuentran fijadas al
puente, el cual se encuentra adherido a la superficie
externa de la
tapa armónica.
En su cara
frontal el charango muestra sus diez cuerdas,
extendidas sobre todo el
cuerpo del instrumento desde el clavijero al puente,
elaboradas generalmente de nylon, distribuidas en 5 pares u órdenes dobles, 4 de los cuales suenan al
unísono. Las dos cuerdas del tercer orden
están separadas por una octava
(la cuerda más grave, tiene la misma altura de la primera cuerda de la
guitarra, la otra es más delgada y está afinada una octava más alta)
La afinación universal del charango
es:
SOL SOL
/DO DO/ MI
MI/LA LA/
MI MI
(ver
afinación)
En la cara posterior
de la caja de
resonancia del charango se encuentra la caja armónica
que presenta un cuerpo abovedado, como el laúd o el mandolín.
Esta caja se elaboró durante mucho tiempo con la caparazón del
armadillo, conocido también como quirquincho,
mulita, tatù,
(Chlamyforus Truncatus)
etc . Esa práctica ha sido reemplazada por el uso de
maderas labradas o laminadas, las que permiten hermosos tallados, que
convierten a los charangos en verdaderas obras de arte. Muchos charangos
son elaborados en una sola pieza de madera.
El charango mide aproximadamente 63 cms, desde el clavijero hasta el final de la caja del
instrumento (charango de Sabino Orozco). La caja armónica tiene aproximadamente 24 cms. de largo
alcanzando 16 a 17 cms. en su parte más ancha.
Desde la cejuela al puente tiene 36 cms., siendo éste el patrón que
caracteriza su tesitura y determina el "largo vibrante" de sus cuerdas.
Aplicada la clasificación universal
de los instrumentos de Horbostel y Sachs, el charango se puede definir
como un instrumento de cuerda pulsada, integrante de la familia de los
cordòfonos, porque el cuerpo que emite el sonido está constituido por un
sistema cordal. Por tener un porta-cuerdas y un cuerpo de resonancia
inseparables se define como un cordòfono compuesto. Pertenece a la
familia de los laúdes de mango, porque sus cuerdas corren paralelas a
la caja del instrumento. Por tener una caja de resonancia en forma
abovedada, a la manera de una vasija, el charango está emparentado con
el mandolín.
Héctor Soto
Temas similares:
Cualidades de un buen charango
(*) Una
aclaración necesaria
El charango
adquiere una gran diversidad de formas, tamaños, afinaciones, cantidad
de cuerdas, según sea
el grupo cultural, las necesidades de los cultores o la propia evolución
del instrumento, por lo cual su identificación muchas veces aparece
asociada a alguna de las características que lo diferencian: charango
ayacuchano, charango diablo, walaycho, palta charango, charango ayquileño, maulincho, ron roco,
ronco, charango kirki, sonko charango, etc. Esta diversidad confunde a los recién
iniciados.
Podemos afirmar
con absoluta certeza que existe un charango, que es de uso universal, por su tamaño, por su
afinación, por su historia y por su uso aceptado en todas partes. Tal es
el charango,
(así de simple),
como siempre se le conoció,
sin apellido ni adjetivación alguna, (tipo,
normal, modelo, clásico, mediano, tenor, etc.) con una afinación clásica conocida
y aceptada por todos los
etnomusicólogos,
folkloristas, organólogos y charanguistas y descrita en todos los métodos de charango
como el prototipo de mayor vigencia.
Este portal,
"Charango para todos" está destinado fundamentalmente a la
difusión del
charango, de afinación universal,
que por su tesitura, planteada por Mauro Núñez, corresponde a un registro
tenor.
No significa esto que ignoremos las otras
formas que adquiere en el tiempo y el espacio el
charango, entendemos esta diversidad como
prueba de un origen más antiguo del que suponen los investigadores.
"Mientras más ampliamente diseminado por el mundo se encuentre un
objeto, tanto más primitivo es" (Hornbostel). Dónde y cuándo nace el
charango tal cual lo conocemos hoy es una tarea pendiente que tienen los
cientistas de la música. Por ahora, sin embargo, se hace necesario unificar criterios que faciliten
la universalización del charango.
Si observamos el caso de la
guitarra. pariente muy cercana del charango, y para la cual existen cientos de
afinaciones y tipos, es posible afirmar que lo que más ha contribuido a su vigencia
universal, es su afinación clásica, que se mantiene invariable, resistiendo el
paso del tiempo y
la propia
evolución de la música,
en todos los estilos, tendencias y formas musicales, sea el exponente, Django Reinhardt, Elvis
Presley, The Beatles, Atahualpa Yupanqui o Narciso Yepes.
Héctor Soto
|